El aumento de las malas posturas es una preocupación creciente entre la población, y se cree que la tecnología ha contribuido a ello. La gente está sentada más tiempo frente a las pantallas, ya sea trabajando, jugando a videojuegos o navegando en Internet. Se ha visto que tanto adolescentes como adultos pasan una media de 7,7 horas al día sentados.
Algunas personas piensan que cruzar las piernas al sentarse es una postura incorrecta que puede causar problemas de salud a largo plazo. Pero, ¿es siempre así? ¿Debería cruzar las piernas cuando me siento?
En el siguiente artículo hablaremos sobre qué nos dice la ciencia al respecto y mostraremos las conclusiones y soluciones para evitar el dolor causado por malas posturas. A continuación vamos a tratar lo siguientes puntos:
Estar sentado en una postura erguida durante un periodo prolongado de tiempo y sin apoyo puede ser difícil, ya que se requiere de una fuerza muscular bien equilibrada y cierta resistencia para mantenerla. Además, estar sentado durante mucho tiempo en una posición incómoda puede provocar un aumento de la carga articular, causando dolor en muchos casos.
Sentarse con una pierna cruzada es una postura comúnmente observada sin importar la edad o el género, muchos individuos suelen sentarse de esta forma durante su vida diaria. Esta postura tiene sus ventajas así como sus desventajas.
Sentarse con las piernas cruzadas proporciona beneficios fisiológicos en el cuerpo, ya que reduce la fatiga muscular al disminuir la actividad de los músculos oblicuos externos e internos (abdominales). También contribuye a la estabilidad articular de la pelvis al comprimir las articulaciones sacroilíacas. Además, esta postura puede ser muy útil en individuos que presenten una longitud de piernas diferente ya que permite ajustar la altura de los dos lados de la pelvis para una mejor alineación.
Sin embargo, como resultado de la posición que adopta la cadera se genera un aumento de la rotación de la columna vertebral, y se modifican la longitud y la fuerza de los músculos de la espalda y pelvis. Esta postura genera una asimetría en la posición del tronco pudiendo causar dolor si se mantiene durante un período de tiempo largo.
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Las mejores posturas para trabajar son aquellas que menos tiempo se mantienen. Se debe cambiar de postura con frecuencia para evitar tensiones y molestias en la musculatura de la espalda. Los expertos recomiendan que se cambie de postura cada 20 o 30 minutos. La idea es no trabajar en una misma postura durante más de media hora para evitar que se generen tensiones musculares o contracturas.
Si te resulta imposible cambiar de postura con frecuencia, para aliviar el dolor puedes ponerte una almohada debajo de los glúteos o entre las rodillas. Si es posible, levántate y camina un poco para disminuir la tensión y favorecer la circulación.
Si tus molestias aumentan a causa de las posturas en el trabajo, puedes pedir cita con un fisioterapeuta a tu domicilio para que te ayude a solucionarlo. La Fisioterapia es muy útil para mejorar los malos hábitos posturales que generan dolor.
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